Capítulo 11.
Seonghwa llegó furioso a la mansión de Jungkook, iba a encarar al maldito que le había robado a su marido y volvería a tener a Jimin a su lado, lo cuidaría y lo amaría, esta vez como era debido, iba a dejar el alcohol, no más golpes, no más sufrimiento, intentaría hacerlo feliz.
Empezó a mover las enormes rejas de la mansión, hasta que una de las mucamas apareció a través de ellas.
—¿Diga?
—Busco a Jeon Jungkook.
—El señor Jeon se fue de viaje, no regresará hasta dentro de tres semanas.
—¡Mentiras! ¡Dígale que tengo que verlo!
—No puedo hacer nada más por usted, le pido que se retire.
—¡Exijo verlo o juro que entraré a la fuerza a este maldito lugar!
—Si no se retira, me veré obligada a llamar a seguridad.
Los ojos del mayor irradiaban puro enojo y odio, sabía que le estaban mintiendo, pero no se iba a dar por vencido, él quería su esposo y lo tendría cueste lo que cueste, pase lo que pase, así tuviera que matar a Jungkook, así tuviera que espiar la maldita empresa, pero no iba a dejar que otro estuviera con Jimin.
Sin darle más vueltas al asunto, se alejó de las rejas y se fue, con la ira invadiendo todo su ser, hasta que una idea loca y desquiciada pasó por su retorcida mente, ir a la empresa y quedarse esperando por si Jimin aparecía o por si ese imbécil lo hacía.
Tomó un taxi y le pidió que lo llevara a "BANG FIRM", pero lo detuvo abruptamente cuando pudo identificar al jefe de su esposo, al lado de Namjoon y otro hombre más alto y con traje, estaba seguro de que ese era Jungkook.
Observó como los tres se subieron a un auto, dos de ellos con cara de preocupación, Park no se detuvo ni dos segundos a pensar lo que haría, seguirlos.
Grande fue su sorpresa, cuando después de 20 minutos el carro se detuvo en una enorme institución de protección para personas maltratadas, sus ojos no podían dar crédito hasta el punto de que había llevado a Jimin. ¿Él le había hecho eso?
Era consiente que no podía acercarse más, de lo contrario, sería llevado directamente a prisión y si estaba en prisión no podría rehacer su vida con su esposo, así que no hizo nada más que estar unos minutos allí antes de irse.
✧✦✧
Jungkook se había ido de su casa cuando Giselle lo alertó sobre lo que hizo Seonghwa, por suerte Changbin fue el primero en irse con Jimin, para mantenerlo a salvo, por cerca de Jungkook y con Park rondando nadie estaría a salvo.
No había problema por Jungkook, el fácilmente podría alquilar una habitación de hotel, pero lo importante en ese momento para el pelinegro era ir a la empresa y hacer algo bueno por el menor, hacer que se reconcilie con uno de sus mejores amigos, Seokjin.
—¿Y Jimin cómo está?
—Está bien, para nuestra suerte Changbin lo puso a salvo.
—¿Seguro? No quiero ni pensar en que el maldito de Seonghwa le haga daño otra vez.
—No te preocupes, ahora estará unos días en el albergue, porque ya pondremos la denuncia contra ese monstruo.
—¿Y qué va a pasar?
—No sé, pero no me voy a detener hasta que le den mínimo 25 años en prisión.
—Lo amas mucho, ¿no? —el pecoso bromeó.
—Claro que lo hago —sonrió bobamente—. Ahora tú me debes acompañar, debes arreglar las cosas con él.
Seokjin suspiró.
—No estoy seguro de que me perdone.
—Su corazón es demasiado grande, él lo hará.
Namjoon puso una mano en el hombro de su prometido dándole las fuerzas necesarias para volver a encontrarse con el menor, luego de que lo despidió sin darle oportunidad a que le explicara lo que pasaba, la culpa lo atormentó desde ese momento y aunque quiso hablarle en el hospital, se acobardó.
Se paró de la silla donde estaba y asintió con la cabeza viéndolo, se colgó del brazo del rubio y caminó hacia afuera de la empresa, claro sin darse cuenta de que cierto psicópata los vigilaba.
Cada vez que el auto se acercaba más y más, su miedo creció enormemente.
—¿Y si mejor no entro?
—Jin te equivocaste, debes asumir las consecuencias de tu error, debes hacer frente a todo —dijo Namjoon.
—Tengo miedo.
—Amor, nada malo va a pasar —le sonrío y besó su frente antes de ayudarlo a bajar del auto, mientras que Jungkook compraba un ramo de rosas.
—Si quieres entramos después de ti —sugirió Namjoon.
Jungkook asintió con un poco de temor, mientras entraban a la institución donde se encontraba Jimin, encontrándose en la puerta con Changbin, él frunció el ceño confundido, pero luego sonrió y se acercó.
—¿Te dijeron algo los encargados de aquí? —preguntó Jungkook, ante la mirada expectante de los otros dos presentes.
—Jimin no podrá salir de aquí hasta que tenga una red de apoyo, amigos, familia.
—Somos sus amigos, Jungkook es su novio —se apresuró en decir Jin.
—No soy su novio, no lo he cortejado como se debe.
—Voy a tener que buscar a su hermana, quizá a su madre, aunque dudo de su apoyo. ¿Alguno sabe cómo se llama?
—Yuna, Park Yuna —respondió el pelinegro.
—Vaya Jungkookie, estás bien informado.
Jungkook miró de mala forma a Changbin cuando se burló.
—Perdón —se rió—. Eso es todo, espero contactar con su hermana, mientras voy preparando la demanda, porque ese tipo es peligroso.
—Ve a reconciliarte con tu amigo, Jinnie —alentó Jungkook.
—¿No vas a ir tú primero?
Negó y Changbin le señaló donde estaba el menor, en una silla leyendo un pequeño libro, a pasos temerosos el pecoso se fue acercando, parándose cerca de él.
Jimin levantó su mirada, sorprendido al ver al pecoso delante de él, sus ojos se cristalizaron inmediatamente y se levantó quedando delante suyo.
—Perdóname —fue lo primero que dijo Seokjin—. Jimin, perdóname por favor.
—No Jinnie... perdóname tú a mi —susurró.
Kim no pudo aguantar las ganas de llorar y lo abrazó con fuerza, dándose cuenta lo delgado que estaba, en su rostro había dolor, marcas de golpes, la culpa seguía invadiéndolo, todo eso se hubiera evitado si él no hubiera sido tan inseguro.
—Jimin, perdóname por todo lo que te dije —se sentó en la silla con el menor siguiendo sus pasos—. Yo estaba tan dolido, pensando que uno de mis amigos me hubiera traicionado.
—Te juro que nunca hice nada para lastimarle y te juro que nunca me metí con Namjoon.
—Lo sé, lo sé y no quiero justificarme, porque me comporté tan mal contigo y te dañé.
—No digas eso —el menor lo abrazó—. Yo entiendo que quizá te pusiste así por tu embarazo, lo entiendo, yo pensé que buscando a Nam iba a encontrar la felicidad después de todo lo que pasó con Seonghwa, no sabía que mis acciones te iban a dañar.
—Minnie, no claro que no —le sonrió—. Por el contrario, nunca hiciste nada malo, puede que Namjoon te haya parecido atractivo, pero te detuviste y... te quiero tanto, perdóname —comenzó a llorar.
—No llores, le harás daño al bebé —limpio sus lágrimas—. También te quiero muchísimo, eres mi mejor amigo, cuando Seonghwa me maltrataba, gracia a ti pude salir adelante, me diste una oportunidad.
—Te prometo que nunca más te voy a dejar solo, ese monstruo jamás te hará daño, nunca más, la denuncia saldrá pronto y serás feliz.
Al escuchar aquellas palabras de parte del pecoso, una pequeña esperanza creció en su corazón, tal vez y solo tal vez, podría iniciar algo bonito y sano con Jungkook, claro que tendría que ir a terapia para ser una persona nueva.
—¿Crees que pueda ser feliz?
—Claro que sí —codeó suavemente su costilla—. Además, ¿sabías que le gustas a Jungkook?
—Lo pude deducir, se ha portado tan lindo y atento —sonrió.
Jin no pudo evitar sonreír de la misma forma al ver lo ilusionado que se encontraba.
Estaban tan metidos en sus propios pensamientos, que no se dieron cuenta de la presencia de Changbin, Jungkook y Namjoon.
—Es bueno verte a salvo —habló el mayor de todos sonriéndole.
—¡Nam! —sonrió al verlo nuevamente.
—No sé si Jin ya te lo dijo, pero aquí estamos para ayudarte, todos.
—Gracias por eso, en serio.
—Creo que debemos irnos, Jungkook debe hablar con Minnie.
La forma pícara en la que Namjoon lo dijo, hizo sonrojar a ambos, quienes sonrieron avergonzados. Seokjin abrazó con fuerza a Jimin, antes de retirarse con su pareja y Changbin, dejándolos solos.
—¿Te querías quedar solo conmigo? —bromeó el menor.
—Claro que sí, mira —se fue unos segundos y regresó con el ramo de rosas que había comprado—. Son para ti, espero que te gusten.
Jimin los tomó y sonrió ampliamente.
—Jungkookie, están hermosas, muchas gracias —besó su mejilla, mirando aún las flores entre sus manos.
—Jimin —suspiró viéndolo y el menor lo vio—. Yo... bueno, cuando salgas, quiero iniciar una relación formal contigo —Jimin iba a hablar, pero lo interrumpió—. Yo sé que primero debes sanar todo lo que has vivido estos años, debes ir al psicólogo, Seonghwa debe estar en la cárcel, entre otras cosas, pero, mientras eso pasa, me gustaría intentar cortejarte.
—¿Hablas en serio? ¿No te parezco horrible por todo mi pasado?
—Nada de lo que te pasó es tu culpa, precioso —le sonrió con dulzura—. No me pareces horrible, de hecho, eres la persona más sincera y dulce que pude conocer.
—Ay Jungkook, quiero decirte que sí, de hecho me muero por decirte que sí, pero siento que en algún punto te daré asco, tengo marcas por todo mi cuerpo.
—Voy a borrar cada una de esas marcas con besos y caricias, todo quedará en el pasado, porque tu pasado no me importa, me importas tú, el presente y el futuro que podamos formar juntos y-
—Acepto —lo interrumpió—. Acepto que me cortejes, pero por favor, no me hagas sufrir.
Jungkook se acercó lo suficientemente a él y lo abrazó delicadamente por la cintura, haciendo que el menor escondiera su rostro en el hueco de su cuello, inhalando el aroma que tenía, estremeciéndose ante sus palabras sinceras.
—No te haré sufrir, te haré olvidar cada uno de esos malos momentos y crearemos nuevos recuerdos.
—Gracias por ser mi salvador —le susurró nuevamente aferrándose más a él.
—No hay nada que agradecer, precioso.
Con mucho pesar, Jimin se tuvo que separar del cálido abrazo de Jungkook, viéndolo con un puchero, por poco y el mayor no se moría de ternura. Lentamente acercó su rostro para besar su frente, no fue un beso en los labios, no había malicia en aquel beso y en ese momento, cuando sus labios chocaron contra su piel, entendió que quizá ya había encontrado a la persona correcta.
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